jueves, 3 de mayo de 2012

¡Te echaré mucho de menos, mi maquinista!

A lo lejos ya solo veo humo... humo del tren que pasó... y al que volví a subir... a jugar sí, pero subí... Subí y compartí muchos momentos, cada minuto en estos 5 últimos meses, meses en que cada acción sólo iba a vivirla en ese tren, con mi maquinista, el mismo que hablaba y hablaba pero a la vez me dejaba estar a su lado..., el mismo que estaba bien conmigo, el mismo que me escribía cada día, el mismo que quería compartir conmigo su tiempo y espacio..., me reservó el mejor sitio en su vagón, para acompañarlo en este último tiempo que le quedaba por aquí, porque después yo sí me debía bajar y sólo iba a poder enganchar mi vagón para estar siempre junto al suyo... pero eso iba a ser después...

Casi al final del viaje, el tren se paró... alguien entró sin llamar y las circunstancias hicieron que tuviera que turnarme ese sitio al lado de mi maquinista... Yo no quería compartir el poquito tiempo que quedaba de viaje en ese vagón, menos aun con un desconocido... pero no era mi decisión... esa tampoco iba a ser mi decisión... La única decisión que tuve que tomar fue cuándo me iba a bajar de ese tren y me iba a quedar en el andén viendo cómo se alejaba... sin saber nada más de mi maquinista hasta no sé cuando... Me despedí varias veces, pero volví a subir para intentar aprovechar de otra forma los minutos que quedaban, pero cada vez que veía que ese extraño ocupaba el espacio que yo había tenido... 

Muchos momentos hemos vivido, mucho hemos sonreído y muy felices hemos sido... Compartir tantos minutos de tu vida con alguien, echar tanto de menos a alguien que se acaba de marchar, preguntarte cómo le irá, cómo estará, necesitar verlo por un agujerillo... yo le llamo magia. La magia lo tocó con una varita y lo convirtió en una de las personas más importantes de mi vida, y aunque yo también lo sea para él... hay que decir adiós...

Digo adiós, porque ya no sé si volverá a pasar ese tren por mi andén..., si vuelve no sería capaz de subir y sentarme otra vez en ese mejor sitio al lado de mi maquinista, no sin un billete que él mismo me regalara..., ni siquiera sé si seré capaz de poder reenganchar mi vagón a su tren...

No se pierde lo que no se tuvo, 
No se mantiene lo que no es tuyo,
No puedes aferrarte a alguien...
que No quiere que te quedes
Y si lo haces... 
lo perderás todo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario